domingo, 16 de octubre de 2011

Hilo musical (2) - Sinfonía pagana

Después de casi dos años sin pasarme por una sala de conciertos, este miércoles pasado por fin volví a ver una actuación en directo. La verdad es que no sé a qué ha venido exactamente tanto tiempo de "retiro". No fue una decisión consciente, eso seguro. Supongo que ha coincidido con un tiempo en que la mayoría de mis grupos favoritos no han sacado disco o no han aparecido por estos lares, aunque sí que es verdad que me he perdido algunas cosas que no me importaría haber visto, como la gira de Judas Priest, Motörhead y Saxon (también conocida como Jurassic Park On Tour).

En cualquier caso, los responsables de sacarme de mi periodo de abstinencia festivalera fueron cinco americanos que, a base de sacar discazo tras discazo, se han hecho con el trono del metal progresivo y no tienen ninguna intención de dejarlo libre: Symphony X. En esta gira de presentación de su último disco, Iconoclast, se hicieron acompañar de los italianos DGM y de los noruegos Pagan's Mind, ambos grupos de un estilo similar al de los americanos, combinando elementos del prog propios de grupos como Rush o Dream Theater con los ritmos acelerados y el sonido más agresivo del power metal. En resumen, un cartel de lo más atractivo para un día festivo entre semana. Y teniendo en cuenta que Symphony X suelen estar entre los tres o cuatro grupos que ocupan los primeros puestos de mi lista de favoritos, no me quedaban muchas excusas para no pasarme por la sala Salamandra 1 esa noche.

Lo que sí me perdí, por desgracia, fue la actuación de DGM. Confieso no haber escuchado nada de ellos en mi vida, pero gente a la que conozco y en cuyo gusto musical confío bastante hablaba muy bien de ellos, así que me da bastante rabia no haber podido conocerles en directo. Pero es que a quién se le ocurre empezar a las 7 de la tarde, por muy festivo que sea. Que yo a los conciertos quiero entrar siempre cenado, que mordiscos al bocata en pleno solo de guitarra queda feo, jo... En fin, otra vez será. Por lo poco que he escuchado estos días, seguramente me habrían gustado bastante. Esta Hereafter es de mis favoritas hasta ahora, y con ella cerraron su actuación en Hospitalet.


Llegué a Salamandra justo cuando los técnicos de sonido daban los últimos retoques a los ajustes antes de la actuación de Pagan's Mind. A los noruegos tampoco los había oído hasta entonces (tuve tiempo para ponerme al día, pero prefiero ir a los conciertos a la aventura y descubrir nuevos grupos sobre la marcha), pero los conocía de nombre y tampoco había leído malas críticas sobre ellos. La verdad es que me dejaron bastante satisfecho, aunque el setlist se me hizo un poco monótono en según que partes. Muchos medios tiempos, pocas canciones que dieran ganas de saltar un poco y ninguna balada para romper el ritmo. Tampoco es que les sobrara el tiempo, pero en fin. 

De su actuación me quedó la impresión de un grupo con un muy buen nivel técnico y con un cantante que me recordó bastante al ex-Gamma Ray y aún vocalista de Primal Fear, Ralf Scheepers, aunque algo menos exagerado en sus agudos. Los noruegos también presentaban nuevo disco, titulado Heavenly Ecstasy, y tocaron cinco temas (bueno, cuatro y una intro) de éste por tres de sus álbumes anteriores. El concierto comenzó con Contact / Eyes of Fire, los primeros temas del nuevo álbum, y el tono se mantuvo a buena altura desde entonces hasta el final. Sólo les faltó meterse un poco más en el bolsillo al público, que estuvo bastante frío a pesar de los esfuerzos del vocalista por animarlo. Me remito a mi comentario sobore el setlist para un posible motivo.


Y tras el aperitivo, por fin llegó el plato fuerte. Se hicieron de esperar bastante, pero cuando llegaron lo hiceron arrasando. Fue mi tercera vez viendo a Jason Rullo, Michael Lepond, Michael Pinnella, Michael Romeo y Russell Allen (bueno, la cuarta contando mi primer festival allá por el 2001 en el que no conocía ni un triste grupo, estaba destrozadito y no me enteré de nada), y de nuevo no me defraudaron ni un poquitín. Siendo gira de presentación era casi obligatorio comenzar con el opener del nuevo disco, y efectivamente, los casi 11 minutos de Iconoclast fueron la tarjeta de presentación de Symphony X en Hospitalet. Difícil dejar una mejor primera impresión, la verdad...



Quitando algunos pequeños desajustes de volumen entre la guitarra de Romeo y el teclado de Pinnella durante los solos del segundo que se corrigieron rápidamente, el sonido fue más que aceptable durante todo el concierto. Mención especial para Russell Allen, del que algunos dicen que ha perdido algo de voz en los últimos discos, pero que demostró que aún le queda potencia de sobra en sus cuerdas vocales para llegar (¡y pasarse!) hasta donde haga falta, además de ser un torbellino sobre el escenario con sus poses y payasaditas varias, que siempre se agradecen. Romeo estuvo, como siempre, impecable a la guitarra, haciendo cosas increíbles con las seis cuerdas con la misma sensación de esfuerzo con la que los mortales pasamos la página de una revista, mientras que Rullo y Lepond clavaron la parte rítmica y Pinnella complementó perfectamente las virguerías de Romeo con su maestría a las teclas.

El concierto continuó calcando prácticamente la lista y orden de canciones de Iconoclast, encadenando hasta ocho (!) canciones seguidas del nuevo disco sin ni siquiera asomarse a su material anterior. Esta puede ser la única critica seria que puedo hacer a la actuación de Symphony X, aunque era de esperar una alta proporción de material nuevo tratándose de una gira de presentación. Entre esas ocho canciones, algunas más geniales que otras, se encontró el momentazo de la noche: When All is Lost, probablemente una de las dos o tres mejores canciones de toda la discografía de los americanos.




Tras el repaso a Iconoclast llegó por fin el momento de los clásicos, y los elegidos fueron Inferno (Unleash the Fire) y Of Sins and Shadows. Y después de eso... ¿se acabó? ¿Ya? Nooo, faltan los bises, por supuesto. Para cerrar un gran concierto, Symphony X eligieron tres de los mejores temas de su penúltimo álbum, Paradise Lost. Empezando con una de mis favoritas, Eve of Seduction, continuando con The Serpent's Kiss y acabando con Set the World on Fire (The Lie of Lies), culminando su actuación con una gran nota, pero dejando ganas de más. A este paso nunca podré verles tocar Seven en directo, jo...




En resumen, un gran concierto que confirma a Symphony X entre mis favoritos y que añade otro par de grupos a mi siempre creciente lista de cosas interesantes a investigar en cuanto tenga tiempo y ganas. 24€ bien invertidos, y un buen comienzo a un otoño que promete ser movidito: Amorphis vienen dentro de un mes casi exacto a presentar The Beginning of Times y no me lo pienso perder, y un par de días después Mike Åkerfeldt y compañía harán lo propio con Heritage acompañados por sus compatriotas Pain of Salvation, y aun no tengo claro si me gusta lo suficiente el disco como para verles por quinta vez. Por no hablar de la visita de Dream Theater en febrero, o los conciertos de Iced Earth y El Reno Renardo (je) que me perderé por estar de party en Santander. ¿Alguien sabe dónde comprar un poco de omnipresencia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario