lunes, 27 de febrero de 2012

Seeing Red & Yellow - Spiral of Fate (Capítulo 2, 1ª parte)


II - GRIAL
Apply layers to reality
Things only you can see
Add a beat to normality
To tap the core of insanity

Dark Tranquillity - The Mundane and the Magic

* * *
Sáb 04-Jul-2009, 02:51AM

Fue mucho más fácil de lo que jamás habría imaginado. No hacía ni un minuto que habían estado luchando con sus mismísimas vidas en juego, y ahora...

“¿Alguien quiere leche o azúcar con el té?”

“Uh, sí, azúcar, por favor. Oh, ¿azúcar moreno? Dos terrones entonces...”

...estaban todas sentadas alrededor de la misma mesa, observando a su anfitrión servir té caliente en sus tazas y echando miradas subrepticias hacia una bandeja llena de galletas que había sacado de algún armario. La chica de la armadura (Saber, Fatimah recordó, así la ha llamado Rin) ya estaba mordisqueando una con una expresión ausente en su cara que le daba un aspecto a la vez serio e infantil.

* * *

Fue la misma Saber quien los sacó del punto muerto creado tras la aparición del hombre. Liberándose de la mirada de Rin y de su propio aparente asombro, subió rápidamente las escaleras para susurrar algo a su oído. Él la miró sorprendido al principio, pero la sorpresa se convirtió en concentración conforme la joven hablaba. Finalmente asintió, murmuró “Entendido, déjame encargarme de esto”, y se dirigió a las dos mujeres del piso inferior.

“Parece que no hemos empezado esto con muy buen pie. Por favor, perdonad la agresividad de mi familiar, ella sólo... ¿qué?”. La joven volvió a decir algo en voz baja, esta vez mostrando cierto enojo. “Oh. Cierto. Lo siento, Saber. Por favor, perdonad la agresividad de mi Servant. Ella sólo estaba cumpliendo con su cometido de protegerme de la mejor manera posible. En fin, ¿os importaría ayudarnos a arreglar este desaguisado para que podamos sentarnos y tener una charla civilizada? Oh, maldita sea, ese jarrón parecía caro, el dueño me va a matar...”.

Y así, todos se habían arrodillado y habían empezado a recoger muebles, libros, una lámpara que milagrosamente había sobrevivido a la caída y otras cosas que la breve batalla había desperdigado por toda la sala de estar. Trabajaron en un silencio incómodo, ambas invasoras aún sintiendo la adrenalina correr por sus venas, pero conscientes de que cualquier acción ofensiva provocaría una respuesta inmediata de la joven rubia. Fatimah podía notar cómo la tensión entre Rin y Saber crecía cada vez que ambas intentaban coger el mismo objeto del suelo. Esas dos tienen una historia interesante en común, pensó, con cuidado de mantener su curiosa mirada fuera de la vista de su compañera, y estoy deseando enterarme de qué va.

No estaba lo suficientemente loca como para preguntar a su colega sobre el tema, sin embargo. Sus constantes murmullos, del estilo “está pasando otra vez, es como un maldito déjà vu, demonios” eran más que suficientes para disuadirla de siquiera intentarlo.

* * * * *

El té era bueno, y las galletas sabrosas. Saber parecía haberles pillado el gusto rápidamente, y había devorado cuatro en apenas dos minutos sin apenas esforzarse. Esto lo confirma, Fatimah pensó, tiene que ser un ente mágico de algún tipo por narices. Es imposible que un ser humano sea capaz de mantener esa figura comiendo así. Con esa idea fresca en su mente, consiguió frenarse justo cuando su mano ya se alargaba hacia la bandeja en busca de una segunda ración.

“Bien, esto es bastante más agradable que ser cortada en trocitos”, Rin dijo, decidida a empezar la charla de una vez por todas, “pero me temo que tenemos que pasar a temas serios. Empezaré con las presentaciones, supongo. Me llamo Tohsaka Rin. ‘Rin’ es el nombre propio y Tohsaka el apellido, por cierto. Cosas de japoneses. Trabajo para la Asociación de Magos en el cuartel general de Clock Tower en Londres, y da la casualidad que, mientras visitaba a mi amiga aquí presente”, y señaló a Fatimah, “detectamos que algo extraño estaba ocurriendo aquí, así que vinimos a investigar. Su nombre es...”

“Fatimah Najjar”, el hombre interrumpió. Con su corto cabello rubio platino (¿o era blanco? Fatimah no estaba segura), negras ojeras bajo sus ojos color marrón claro, piel pálida y una camisa blanca bastante sucia, parecía un fantasma al que acabaran de despertar de su sueño eterno y estuviera todavía intentando parar el despertador. “Veintiún años, heredera y única hija del clan de guerreros-magos Najjar, y desde hace aproximadamente un año, sucesora de su padre como Segunda Dueña de la ciudad de Barcelona. ¿Me equivoco?”. Su inglés era bastante bueno, aunque con un acento bastante fuerte. Y Fatimah estaba segura de haber escuchado su voz anteriormente...

“Bien documentado”, asintió. “Pero me temo que no tengo el placer de conocerle, señor...”

“Blanco, Germán Blanco, nacido y criado en Sevilla. Me temo que mi currículum no es tan impresionante como el suyo, soy sólo un alquimista a tiempo parcial del montón, sin apenas entrenamiento formal. Oh, y desde hace una semana, entrenador del primer equipo de la Unió Esportiva Sant Andreu. Encantado de conocerlas a ambas. Señorita Najjar, quizá recuerde nuestra charla del pasado domingo”.

“Oh, demonios. Ahora lo recuerdo”. Fatimah contesto, dándose una palmada en la frente. “Sabía que había oído ese acento andaluz en algún sitio. Me llamaste para informarme de tu llegada y para solicitar permiso para montar un pequeño taller, y lo concedí. Pero quedamos en que te pondrías en contacto conmigo en cuanto te mudaras”.

“Cierto, y eso mismo hice”. Germán pareció sorprendido. “¿No recibió mi carta con toda la información solicitada? Intenté entregarla en persona, pero no había nadie en casa, así que la dejé en su buzón”.

Fatimah maldijo en voz baja. “Eh, bueno, sí, no he pasado mucho por casa esta última semana. Alguien me ha tenido bastante ocupada”, y lanzó una mirada hacía Rin, quien la ignoró con su pericia habitual. “Lo siento mucho, debe habérseme pasado mirar...”

“Siento interrumpir este entrañable encuentro”, Rin interrumpió carraspeando, “pero tenemos que dejar claras unas cuantas cosas antes de que empecemos a intercambiar números de teléfono y tarjetas de visita. Para empezar”, continuó mirando fijamente a Germán, “¿tienes la más remota idea sobre la naturaleza de cierta persona que está ahora mismo compartiendo té y pastitas con nosotros tres?”

Saber siguió contemplando su taza, eligiendo ignorar el comentario de Rin. Estaba a punto de convertirse en el centro de atención, y no parecía que le hiciera demasiada gracia la idea.

“Bueno”, Germán reflexionó en voz alta, “ella afirma ser mi Servant, sea lo que sea eso. Parece que la he invocado yo, así que supongo que debe ser algún tipo de espíritu o ser mágico, aunque a mí me parece que su aspecto es bastante humano. Aparte de eso, ni idea”.

Rin torció el gesto al oír eso. Fatimah aprovechó la breve pausa para terciar en la conversación. “Pareces conocerla, Rin. ¿Quién es?”

“Esa es una pregunta absolutamente fantástica. Y sí, nos encontramos una vez. Hace casi seis años”. Saber se tensó al escuchar eso, mientras Rin cerraba sus ojos y pensaba en silencio durante un minuto antes de dejar escapar un exagerado suspiro. “En fin, dado que no has tenido entrenamiento formal, supongo que tendré que explicarlo todo desde el principio. A ti también podría venirte bien, Fatimah, después de todo parece que esta vez va a ocurrir en tu ciudad. No sabéis en que lío os habéis metido. No tenéis ni idea”.

Con otro suspiro, la mujer japonesa bebió un sorbo de su taza, hizo una mueca mientras murmuraba “rayos, demasiado dulce”, y respiró profundamente. “Poneros cómodos. Esto nos va a llevar un ratito”.

* * * * *

Durante la hora siguiente Germán escuchó mientras Rin tejía un relato de ambición, poder, traición y, en último término, fracaso.

Todo comenzó cerca del final del siglo XVIII con un hecho extremadamente poco común: un intento conjunto por parte de tres de los principales linajes mágicos a nivel mundial (Einzbern, Makiri y Tohsaka) de crear un portal hacia Akasha, el origen de toda la existencia. Para alcanzar este logro imposible construyeron una herramienta imposible bajo la ciudad japonesa de Fuyuki: un gran recipiente que acumularía energía durante muchos años, y utilizaría esa energía para convocar a siete Espíritus Heroicos, las almas de los mayores héroes del pasado, venerados como dioses artificiales por la humanidad. El poder combinado de esas almas debería ser suficiente para abrir el camino y guiar a los magos hasta su objetivo. Ese recipiente fue bautizado como ‘el Santo Grial’.

Sin embargo, necesitaban algo más: siete magos que hicieran la función de anclas en el mundo material para esas almas, y siete receptáculos que sirvieran como cuerpos físicos temporales en los que alojarlas. Y así, crearon un complejo ritual. El Grial designaba a siete magos (tres de ellos pertenecientes a las tres familias fundadoras) como Masters y les permitía invocar siete Servants, Espíritus Heroicos ligados a siete clases predefinidas, seleccionadas de acuerdo a sus habilidades en vida: Saber, Lancer, Archer, Rider, Caster, Berserker y Assassin. Masters y Servants eran invitados a participar en una batalla a muerte, y la pareja ganadora obtenía el premio supremo: el mismísimo Santo Grial, convertido en un artefacto milagroso capaz de conceder cualquier deseo a su poseedor gracias a su conexión con Akasha y su poder infinito. Y de esta forma nació el ritual conocido como la Guerra del Santo Grial.

Pero fracasó. Repetidamente. Los dos primeros rituales no pudieron ser completados a tiempo, y el pasaje se cerró antes de que el Grial pudiera reunir suficientes almas de los Servants caídos en combate. Cada invocación requería un periodo de espera de sesenta años, y los Einzbern se impacientaron tras dos fallos. El tercer Master Einzbern se saltó las reglas, invocando algo que no podía ser encajado en ninguna de las siete clases y, por tanto, creando una octava: Avenger. El Espíritu Heróico convocado no correspondía a ningún héroe sino a un antihéroe: Angra Mainyu, considerado por la mayoría de estudiosos como un poderoso dios-demonio en los mitos del Zoroastrismo, pero que en realidad no fue más que un hombre común, maldito por sus coetáneos y obligado a convertirse en el portador de todos los males del mundo. Sus poderes como Servant eran mínimos, y fue derrotado rápidamente.

Pero cuando el alma de Angra Mainyu penetró en el Grial, algo inesperado ocurrió. Su esencia oscura corrompió el propio núcleo del recipiente, llenándolo de malicia. La tercera Guerra del Santo Grial también resultó ser un fracaso, pero incluso después de reiniciar el ciclo el Grial permaneció contaminado. Los Einzbern lo sabían, pero decidieron ignorarlo, cegados por su desesperación por completar de una vez el ritual. Habían apostado demasiado en ello como para rendirse. Y por tanto, las Guerras siguieron adelante.

* * *

Sáb 04-Jul-2009, 03:43AM

“Guau”, Fatimah dijo, interrumpiendo la historia de Rin. “Suena como uno de esos videojuegos que hace tu gente”.

Rin se quedó completamente inmóvil durante un instante, antes de volver la mirada hacia su compañera con una sonrisa. “¿Y quienes se supone que son ‘mi gente’, querida?”. Saber y Germán notaron como la temperatura de la habitación bajaba súbitamente a niveles bajo cero. Esa sonrisa...

“Los japoneses, claro”. El instinto de supervivencia de Fatimah parecía estar echando una siesta durante ese momento. “Siempre están metiendo historias absurdas como esa en sus juegos de rol. Ya sabes, Dragon Quest, Final Fantasy, cosas por el estilo. Y eso sin tener en cuenta el manga y el anime, ahí si que te encuentras cada locura que... oh, espera, estás enfadada, ¿verdad?”. Dándose cuenta por fin de su error, la joven guerrera-maga cubrió su boca con una mano, mirando a Rin con evidentes señales de miedo en sus ojos.

La temible sonrisa creció en amplitud y simpatía. Lo que, de alguna forma, la volvió mucho más terrorífica. “Sabes qué te va a pasar si vuelves a interrumpirme para decir semejantes tonterías, ¿verdad, Fatimah?”, Rin dijo en un tono cálido, siempre sonriendo. Fatimah tragó saliva y asintió sin pronunciar una palabra. Lo sabía, por supuesto. Nadie sobrevivía durante mucho tiempo al lado de Tohsaka Rin sin aprender las (dolorosas) consecuencias de hacerle enfadar.

“Bien”. Rin finalmente relajó su mueca. Los demás soltaron un suspiro de alivio. Vivirían para ver otro día. “Sigamos entonces”. Se detuvo, pensativa, y volvió a sonreír, aunque esta vez de una forma más natural y menos escalofriante. “Saber, ¿quieres seguir tú? Después de todo, es tu historia a partir de este punto”.

La joven, con la mirada perdida desde hacía un rato, levantó la vista sorprendida. “...¿eh? No tengo inconveniente en retomar las explicaciones, Rin, pero ¿por qué?”. Los otros dos siguieron con interés su primera conversación en casi seis años.

Rin descartó la pregunta moviendo una mano. “Sólo pensaba que quizás preferirías encargarte tú de esta parte, eso es todo. Seguramente hay elementos de la cuarta Guerra del Santo Grial que preferirías mantener en secreto, y todo lo que sé de esa época es información de segunda mano. Y respecto a la quinta, bueno...”. La maga se encogió de hombros en un gesto de vago significado.

Pero Saber lo entendió sin problemas, y asintió. “Lo haré”. Y tras una corta pausa para organizar sus pensamientos y memorias, se levantó para narrar la parte más tenebrosa de una ya de por sí oscura historia.

* * * * *

El discurso de la Servant fue corto y al grano, en claro contraste con la tendencia a irse por las ramas de Rin. Explicó cómo fue convocada por primera vez por Emiya Kiritsugu, un mago independiente con abundante experiencia como asesino de magos y contratado por la familia Einzbern para ejercer el rol de Master en la cuarta Guerra del Santo Grial, antes de pasar a describir los eventos de la Guerra en sí.

“Existieron señales que apuntaban hacia la corrupción del Grial desde el principio, aunque ninguno de los contendientes fue capaz de reconocerlas entonces”, explicó Saber. “Varias reglas fueron rotas o ignoradas. Por ejemplo, de alguna forma Lancer disponía de la colaboración de dos Masters simultáneos. Pero las más flagrantes violaciones fueron Caster y su Master”. Bajó la mirada, intentando ocultar su estremecimiento.

Ese Master no era un mago. De hecho, era un psicópata, un asesino en serie elegido por el Grial corrupto para llenar el último hueco disponible en la lista de participantes en la cuarta Guerra. Y el Servant que convocó no era un héroe. El nombre real de Caster era Gilles de Rais, un antiguo compañero de Juana de Arco que se alejó del camino de la luz para adentrarse en un mundo de oscuridad, convirtiéndose en un asesino de niños y en un investigador y usuario de las Artes Oscuras. Juntos, Master y Servant convirtieron Fuyuki en su coto privado de caza, hasta que el resto de Masters decidieron declarar una tregua y asociarse para destruirles antes de que la Guerra degenerara en una carnicería incontrolable.

La Guerra continuó tras la derrota de Caster, y los Servants y Masters enemigos cayeron uno tras otro. Al final, Emiya Kiritsugu mató al último Master, proclamándose así como el ganador de la cuarta Guerra del Santo Grial.

“Pero cuando llegó la hora de reclamar el premio”, dijo Saber, “en su lugar utilizó su último Conjuro de Obediencia y me ordenó destruirlo”. La joven se detuvo, y Germán notó que sus manos se habían convertido dos apretados puños. “Ahora conozco sus motivos. Pero el odio que sentí hacia él en aquel momento superaba al que había sentido jamás hacia nada o nadie. Y sin embargo, no tuve elección”.

Germán asintió. “Debió adivinar de alguna forma la naturaleza real del Grial. Pero Saber, acabas de decir algo que no acabo de entender. ‘Conjuro de Obediencia’. ¿Qué...?”

“Oh, demonios, fallo mío. Debería haber explicado esa parte antes”, Rin dijo, agitando una mano en un vago gesto de disculpa. “Cada Master recibía tres sellos llamados Conjuros de Obediencia, que podían ser usados para dictar una orden absoluta a su Servant. Esa orden no podía ser ignorada o desobedecida bajo ninguna circunstancia, incluso si resultara ser físicamente imposible para el Servant. Aparecían como marcas mágicas en algún lugar del cuerpo del Master, normalmente en sus manos o brazos. Tú también deberías tenerlas, por cierto.”

Germán intentó responder, pero una medio dormida Fatimah le interrumpió. “Hmm, algo no me cuadra”, dijo, frotando sus cansados ojos. “Si el Grial fue destruido al final de la cuarta Guerra, la quinta no debería haberse celebrado jamás, ¿no?”.

“Había dos Griales”, Rin contestó. “O, para ser más exactos, el Grial estaba dividido en dos partes separadas: un recipiente físico que los Einzbern preparaban antes de cada Guerra, y el mismo núcleo del sistema, un círculo mágico gigantesco que permanecía oculto bajo tierra. La parte destruida fue únicamente la primera, y sólo hizo falta reemplazar esa pieza para que la quinta Guerra empezara. Y así ocurrió, sólo diez años después de la cuarta”.

Tanto Rin como Saber fueron parte de la última Guerra del Santo Grial, la maga como el último Master del linaje Tohsaka, y la joven guerrera en su segunda intervención como Servant, algo que nunca había ocurrido hasta ese momento, según afirmó Rin. Ella convocó a un misterioso Servant sin nombre de la clase Archer, mientras que Saber, en un capricho del destino, fue emparejada con Emiya Shirou, hijo adoptivo del ya fallecido Emiya Kiritsugu. Todo parecía normal en un principio, pero dicha normalidad se fue a pique rápidamente. Aparecieron nuevos Servants y Masters irregulares, pero el punto realmente decisivo fue...

“La Sombra”, Saber musitó. “Inicialmente su naturaleza era un absoluto misterio, pero pronto se descubrió que se trataba de una proyección de Angra Mainyu, quien había estado creciendo dentro del núcleo del Grial durante los últimos setenta años y estaba a punto de volver al mundo convertido en un ente de puro odio y destrucción. La Sombra deambulaba a sus anchas por la ciudad, devorando todo a su paso. Servants incluidos. Incluso yo...”, la joven se detuvo, pálida como un fantasma, y se llevó una mano al pecho, como si luchara contra un dolor agudo en su interior.

“Ella también fue devorada”, Rin terminó su frase por ella. “Pronto quedó claro que la Sombra debía ser detenida, o la ciudad y quizá el mundo entero serían completamente aniquilados. Así que los Masters restantes se reunieron y trazaron un plan para destruir el Grial de una vez por todas, desactivando su núcleo”. La tristeza en sus ojos parecía indicar que sus recuerdos eran tan dolorosos como los de Saber. “Lo logramos en última instancia. Pero tuvimos que pagar un precio muy alto”.

Tras unos pocos segundos levantó la mirada, sin rastro alguno de tristeza. En su lugar, sus oscuras pupilas parecían contener una ardiente furia. “Y ahora ha vuelto. Y ahora quiero que ”, y señalo a Germán, “me expliques como diablos ha podido ocurrir esto de nuevo, ¡cuando se con certeza absoluta que el Grial está muerto y enterrado debajo de una maldita montaña!”

Germán trató de recuperar la voz. “Eh, bueno, verás... no tengo ni idea. De hecho, la mayoría de vuestra historia no parece tener ninguna relación conmigo. No tengo ninguno de esos “Conjuros de Obediencia” o como se llamen, para empezar. Demonios, todo lo que sé es que recibí una carta invitándome a una competición entre entrenadores de fútbol de todo el mundo, que el premio para el ganador sería ‘algo que jamás habríamos soñado’, y que la forma de inscribirse era convocando un ‘espíritu ayudante’ que...”

MWAHAHAHAHAHA!

Todos se quedaron helados. Una ruidosa y malvada risotada llenó la casa durante un momento. Servant y magas se pusieron en pie inmediatamente, intentando localizar la fuente del sonido.

Pero Germán se quedó en su sitio, rascándose la cabeza con aspecto avergonzado.

“...Eh, os pido disculpas. Creo que eso fue la alarma de correo entrante en mi portátil”.

* * * * *

Sáb 04-Jul-2009, 04:09AM

Todos miraron fijamente la pantalla del portátil de Germán.

“...esto...”

Había conseguido esquivar las preguntas de Rin durante el descenso hacia el sótano, lo cual tuvo bastante mérito teniendo en cuenta la tremenda obstinación de la mujer. Rezando por que no le mandara rodando escaleras abajo con uno de sus hechizos, siguió repitiendo la misma frase una vez tras otra: “Todo se aclarará cuando leamos ese correo”. También añadió tres palabras adicionales para sí mismo, sin atreverse a pronunciarlas en voz alta: o eso espero.

“...no tiene...”

Germán esperaba ese mensaje. De hecho era sorprendente que hubiera tardado tanto en llegar. Las instrucciones que había recibido una semana antes afirmaban que recibiría confirmación inmediata por escrito una vez que su inscripción se realizara con éxito, junto con el detalle de las reglas de la competición, así que una espera de algo más de cuatro horas parecía un poco excesiva. Por otro lado, las últimas cuatro horas habían sido de todo menos aburridas...

“...NINGÚN SENTIDO!”

Rin gritó su frustración. Lo que veía en la pantalla no era ni mucho menos lo que había esperado. En absoluto. Parece que esto le ha pillado totalmente desprevenida, pensó Germán, haciendo lo posible por no sonreír demasiado abiertamente. Y madre mía, tiene cara de estar furiosa...
La hechicera seguía con la mirada clavada en la pantalla, como si esperara que su contenido cambiara de repente a algo que tuviera un poco más de sentido. No lo hizo.

* * *
A todos los participantes,

Felicidades. Cada uno de vosotros ha completado con éxito los pasos preliminares para participar en el Dream Cup Championship. En nombre de la organización nos gustaría felicitar a los siete por haber llegado hasta aquí. Ésta es la lista completa de participantes, incluyendo su nacionalidad y club actual:

Cristian Álvarez (Argentina, Club Sportivo Independiente Rivadavia)
Oliver Beer (Alemania, SG Dynamo Dresden)
Germán Blanco (España, Unió Esportiva Sant Andreu)
Tommy Conneely (Rep. de Irlanda, Chesterfield F.C.)
Daniel Gobbi (Italia, S.P.A.L. 1907)
Lorenzo Labourdette (Francia, A.S. Beauvais Oise)
Jorge Peralta (España, Cultural y Deportiva Leonesa)

A estas alturas todos vosotros deberíais estar ya recuperados de los efectos derivados del ritual de invocación, y deberíais haber firmado un contrato con vuestro espíritu ayudante o ‘Servant’. Sentimos enormemente cualquier inconveniente inesperado que el ritual haya podido causar, pero ésta era la única forma de asegurar que los siete espíritus fueran convocados de la forma correcta. Así mismo, esperamos que vuestra relación con vuestros nuevos compañeros sea cordial, dado que esto será de vital importancia para vuestro rendimiento en este campeonato. Vuestro Servant dispone de ciertas habilidades que os serán de utilidad en vuestro trabajo diario. Es tarea vuestra descubrirlas y utilizarlas correctamente. También debéis recordar que el contrato con vuestro Servant será declarado nulo tan pronto como seáis eliminados del campeonato.

Una vez cubiertos los preliminares, procederemos a explicar el sistema de puntuación de este campeonato. Cada uno de vosotros empieza su participación con 100 puntos. Será posible ganar y perder puntos de acuerdo con vuestra actuación como entrenadores de fútbol, como magos y como Masters para vuestros Servants. En momentos prefijados del campeonato se anunciarán una serie de fechas límite, y todo entrenador que no haya conseguido acumular el mínimo de puntos exigido cuando esa fecha límite sea alcanzada será eliminado del campeonato. El último superviviente será declarado ganador.

Vuestras puntuaciones individuales serán mantenidas en secreto por la organización, aunque deberíais ser capaces de aproximar la situación general de vuestros oponentes si seguís sus resultados. No se ha definido una duración máxima para este campeonato: mientras las fechas límite se cumplan, todos los entrenadores pueden seguir vivos en la competición indefinidamente. Sin embargo, se ha estimado que la duración mínima esperada del Dream Cup Championship sería de aproximadamente dos temporadas completas.

El sistema de puntuación es el siguiente:

Resultados

- Tras cada semana: -1 punto (será descontado a las 23:59:59h de cada domingo, a partir del 2 de Agosto de 2009. Esta regla puede ser suspendida temporalmente durante periodos vacacionales extensos).
- Ganar un partido oficial nacional (liga o copa): +3 puntos.
- Empatar un partido oficial nacional: +1 punto.
- Gol marcado: +1 punto.
- Gol encajado: -1 punto.
- Superar una ronda de copa nacional: +5 puntos.
- Ganar un partido oficial continental: +5 puntos.

* * *

“Guau, mirad eso”, dijo Germán. “Hay puntuaciones definidas hasta para ganar la Liga de Campeones y el Mundial. Grandes pérdidas por ser despedido o descender, grandes ganancias por ascender y ganar títulos... Esto parece bastante más civilizado que tu Guerra del Santo Grial, ¿verdad, Rin?”. La hechicera no respondió, aún no recuperada del shock. Germán probablemente debería haberse sentido agradecido por ese hecho.

“Yo no estaría tan seguro de eso”, Fatimah señaló. Parecía la menos sorprendida de las tres mujeres, y estaba leyendo las normas con interés. “Echa un vistazo a la última parte”.

“¿Donde? Oh, eso...”. Sí, quizá debería haberlo visto venir...

* * *

...

Otros criterios de puntuación

- El Servant desobedece una orden directa de su Master: -20 puntos.
- Derrotar un Servant enemigo*: +100 puntos, más la mitad de los puntos acumulados por el Master del Servant enemigo, redondeado hacia abajo.
- Derrota del propio Servant: eliminación directa del campeonato.

(*: Esto incluye cualquier método que rompa el vínculo entre Servant y Master, incluyendo la muerte de cualquiera de ellos, entre otros)


Esperamos que todas y cada una de las acciones llevadas a cabo por todos los participantes en esta competición permanecerán dentro de las reglas establecidas por la Asociación de Magos. La organización se reserva el derecho de asignar penalizaciones no especificadas a cualquier participante cuyo comportamiento no se ajuste a estas reglas y/o genere trastornos innecesarios y perjudiciales para el desarrollo de la competición, incluyendo la eliminación fulminante de dicho participante del Campeonato.

Buena suerte a todos. Vuestros sueños esperan.
La Organización.

* * *


“Vaya, vaya”, Fatimah musitó. “Es igual, pero a la vez es completamente diferente”. Germán y Rin sólo pudieron negar con la cabeza en casi perfecta sincronización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario